viernes, 23 de mayo de 2008

Escoger - Elegir



Escoger es un acto arriesgado. Sí, escoger es arriesgarse, pero también es atreverse, decidirse, aventurarse, ... Escoger implica, además, intuir, valorar, priorizar, renunciar, ... Decididamente, escoger es una de las acciones más importantes de nuestra vida. Acción que cada día llevamos a cabo, sistemáticamente, pues a diario decidimos y elegimos hacer algo. Si no fuera así, mal andaríamos, pues estaríamos muertos o muertos en vida (que no sé qué es peor). Ya lo dijo aquel, calavera en mano: "Ser o no ser, ... he ahí el dilema".
Después de tomar una decisión, nuestra voluntad actúa en el mundo y entonces "somos". Si no elegimos y no decidimos, "estamos" pero "no somos". También puede ocurrir que nos creamos muy vivos porque elegimos continuamente, porque escogemos tantas y tantas cosas. Ahí deberíamos asegurarnos si realmente siempre decidimos nosotros u otros deciden por nosotros.
En fín, la vida es una elección contínua. Un sinfín de cruces de caminos vienen a nuestro encuentro y, según qué camino tomemos, así será nuestro futuro. Por eso es importante elegir bien y estar atento a las alternativas que nos brinda la vida, ya que cualquier decisión por inofensiva o intrascendente que parezca, tendrá sus consecuencias, buenas o malas, mejores o peores.
Eso sí ¡cuidado con lo que deseas! no sea que te lo vayan a conceder.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Y al volver la vista atrás ..., por un instante abandonamos nuestro camino, y con un sencillo gesto de una mirada haia atrás, justo antes del próximo cruce de caminos, iluminamos los pasos de otros caminantes en el azaroso camino de la vida.

Anónimo dijo...

Todos los bienes del mundo pasan presto y su memoria, salvo la fama y la gloria.
El tiempo lleva los unos, a otros fortuna y suerte.
Y al cabo viene la muerte, que no nos dexa ningunos.
La mejor y más ventura pasa presto y su memoria, salvo la fama y la gloria.
La fama vive segura, aunque se muera el dueño.
Los otros bienes son sueño y una cierta sepoltura.

Hace 500 años Juan de la Encina escogía como valores intemporales la fama y la gloria. ¿Habrá reencarnado en alguien de operación triunfo? ¿En David Bisbal, quizá? ¿en Chenoa?

Anónimo dijo...

Xavi, que bien que seas el primero en comentar en mi blog. Después de leer el texto, creo que me ha quedado muy críptico y los comentarios que me pones tú, no te digo "ná". Creo que aquí no hay quien entienda nada. A ver que tal en el próximo intento. Un abrazo.

Anónimo dijo...

He durado poco como anónimo, sólo dos mensajes. Que hi farem!
Quizá el texto se podía haber animado un poco más hablando sobre las diferentes partes del cuerpo que normalmente piensan y toman las decisiones por nosotros.
El acervo popular es rico al respecto: pensar con los pies, pensar con el estómago, pensar con la señora del pollo (la ...),etc.

Daniel González Giménez dijo...

Ciertamente elegimos mucho más de lo nos pensamos. No sólo escogemos qué nos apetece tomar o qué camino hay que tomar. Elegimos incluso nuestro devenir con alguna acción que puede parecernos insignificante en ese momento. He aquí nuestro sino: Decidir nos condiciona el futuro. Pero si no escogiéramos o decidiéramos sobre nada, ¿ qué seríamos ? Unos títeres de una vida que nos deja manejarla.